ISSN: 2007-7033 | Núm. 57 | e-1348 | Sección: presentación |

Presentación

Aprender a convivir y convivir para aprender:
posibilidades en un mundo convulsionado

Verónica López*
Claudia Arufe**

doi: 10.31391/S2007-7033(2021)0057/001

* Doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Académica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Directora del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva y PACES. Líneas de investigación: aprendizaje escolar, desarrollo emocional de niños, niñas y adolescentes, y convivencia escolar. Correo electrónico: veronica.lopez@pucv.cl

** Doctora en Estudios Iberoamericanos por la Universidad Complutense de Madrid, España. Profesora e investigadora del ITESO. Líneas de investigación: derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, convivencia y gestión del conocimiento, organización familiar de vida cotidiana en el contexto urbano y su impacto en la infancia media, desarrollo de la capacidad de agencia y reconfiguración emocional en adictos en proceso de rehabilitación. Correo electrónico: arufe@iteso.mx/ https://orcid.org/0000-0003-3115-1541

El aprendizaje y la convivencia forman un binomio social que adquiere configuraciones particulares según los contextos espacio-temporales en que tenga lugar: se aprende a convivir, pero, al mismo tiempo, también se convive para aprender. Ahora los fenómenos socioeducativos que se construyen en esta relación binaria se ven afectados por micro- y macrofactores, cada vez más interconectados en la esfera mundial; por ello, cualquier intento por comprender esta relación, intervenirla o transformarla iniciará, indiscutiblemente, por tomar en cuenta estos factores, ya sea de forma particular o en todas sus posibles combinaciones.

A partir de los años noventa, el aprender a convivir ha sido reconocido como uno de los pilares de la educación (Delors, 1996). Durante estas décadas se han estudiado las transformaciones de sus conceptos, enfoques, intervenciones y propuestas. Aun cuando es posible identificar logros y avances históricos, aprender a convivir continúa siendo un desafío educativo. Hoy, la inclusión social, la participación protagónica de los estudiantes, la resolución pacífica de conflictos y el ejercicio efectivo de los derechos humanos son aún materias pendientes en muchas aulas, escuelas, provincias y países. Sumado a esto, las condiciones de vida en general se han modificado: los problemas socioeconómicos se han recrudecido acrecentando la pobreza y ampliando las brechas de desigualdad, las violencias se han intensificado dentro y fuera de los planteles educativos, los contenidos se han globalizado, la convivencia ha traspasado los límites físicos de la escuela y se ha colocado también en los espacios de la educación virtual.

La pandemia ocasionada por la COVID-19 ha intensificado y encrudecido conflictos sociales latentes o explícitos en las relaciones entre estudiantes, entre ellos y sus profesores, así como entre las escuelas y las familias. El cierre de las escuelas y el confinamiento en las casas han develado las grandes inequidades en las condiciones educativas con las que trabajan docentes y estudiantes, entre ellas, el acceso desigual a tecnología, recursos educativos y espacios físicos adecuados. Además, problemáticas como el desempleo, el estrés, la falta de bienes y servicios básicos, contagios y muertes han impactado los procesos educativos y de convivencias, dentro y fuera de las escuelas. Las nuevas formas de educación no presencial han transformado también los medios a través de los cuales estos conflictos se expresan y administran.

Frente a esta inesperada situación, nos preguntamos ¿cuáles han sido los impactos en los aprendizajes y cómo se ha modificado la convivencia entre los actores educativos? ¿Podemos hablar de nuevas maneras de aprender a convivir? Y desde las nuevas formas de convivencia, ¿de qué aprendizajes damos cuenta? En esta convocatoria, sostuvimos que la convivencia no solo es uno los grandes promotores del aprendizaje para la vida, dado que aprendemos con los otros y para los otros (Fierro-Evans y Carbajal-Padilla, 2019). Sin embargo, aprender a convivir y convivir para aprender en un mundo convulsionado por los estallidos sociales, las emergencias sanitarias, las represiones policiacas, la violencia del crimen organizado, las debilitadas políticas públicas y el resquebrajamiento del tejido social presenta un sinnúmero de avances y retrocesos, oportunidades y claroscuros, que son necesarios visibilizar.

Como miembros de la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar, hicimos un llamado a investigadoras e investigadores de la convivencia y el aprendizaje para compartir los resultados de investigaciones y sistematización de intervenciones a través de este número temático de la revista Sinéctica. Las contribuciones podían implicar los ámbitos pedagógico-curricular, organizativo-administrativo o sociocomunitario (Fierro-Evans y Carbajal-Padilla, 2019). Los artículos debían ser críticos y reflexivos, principalmente con resultados de investigación, que dieran cuenta de las tensiones y oportunidades de las nuevas formas de convivencia-aprendizaje en un mundo altamente convulsionado como el que estamos viviendo.

El número 57 se inaugura en un momento histórico en particular necesitado de estrategias socioeducativas que develen caminos de esperanza y posibilidades para aprender a convivir y convivir para aprender, aun en los contextos más complejos. Los autores que aquí se congregaron dan muestra de que el estudio riguroso y científico sobre los temas de la convivencia no solo mantienen su vigencia, sino que ahora resultan urgentes en un mundo que es cambiante en sus retos y demandante de actores educativos capaces de responder a ellos con pertinencia y oportunidad, desde un pensamiento y acción humanista.

Las propuestas de análisis e intervención contenidas en esta edición pretenden abonar no solo a la discusión académica, sino también a interpelar a la capacidad de acción de cada uno de nosotros, desde los contextos particulares que cada uno habite. No se busca dictar verdades; más bien, compartir reflexiones que contribuyan al estudio de un tema central en la vida de todo ser humano: la convivencia y su aprendizaje.

Conscientes de la complejidad que representa el estudio y la promoción de la convivencia, se han seleccionado artículos que van desde la revisión del propio concepto hasta el análisis de prácticas particulares de aula y de escuela en las que se retoman las experiencias tanto de estudiantes como de docentes, ya sea en contextos propiamente escolares como en las intersecciones entres los espacios escolares con aquellos interculturales, comunitarios o de formación profesional. A través de las contribuciones aquí reunidas, se hace visible que el juego, el manejo de los conflictos, el diálogo y la participación de estudiantes y profesores son medios propicios para la construcción de modelos educativos y de experiencias significativas de una convivencia que fortalece los fines educativos.

Por otro lado, varios de los artículos que aquí se comparten responden a la realidad actual derivada de la pandemia por la COVID-19 que, como todos hemos experimentado, no solo alteró la salud de todos los seres humanos del planeta, sino que conllevó a diversas afectaciones económicas, políticas, sociales y educativas. A partir de los primeros meses de 2020, las escuelas cerraron sus planteles, muchas de ellas pudieron migrar sus clases a entornos virtuales, y otras, no. Las preocupaciones se centraron en los contenidos académicos y los encuentros cara a cara pasaron a segundo término. En cualquiera de todos estos casos, las interacciones humanas y formas de convivencia se vieron alteradas. Los artículos de este número recogen, desde una perspectiva crítica, estas experiencias ya sea desde el estudio de la política educativa, las relaciones entre los estudiantes, las experiencias docentes, desde un confinamiento que, al día de hoy, aún no se le ve fin.

A través del número 57 de Sinéctica, pretendemos abrir espacios de lectura y diálogo que lleguen a distintos escenarios socioeducativos, conscientes de que el aprender a convivir y convivir para aprender son procesos vivos, abiertos y dinámicos. Agradecemos profundamente a cada lector por su interés en acrecentar su acervo de conocimiento mediante las reflexiones y experiencias aquí compartidas y esperamos todas ellas resulten de valor para su práctica profesional. Instamos a todos los autores y lectores a utilizar los conocimientos y las sistematizaciones de experiencias aquí recogidos con fines de reflexión y concientización.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Delors, J. (1996.). Los cuatro pilares de la educación. En La educación encierra un tesoro. Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI (pp. 91-103). Madrid, España: Santillana/Unesco.

Fierro-Evans, C. y Carbajal-Padilla, P. (2019). Convivencia escolar: una revisión del concepto. Psicoperspectivas, vol. 18, núm. 1, pp. 1-14. http://dx.doi.org/10.5027/psicoperspectivas-vol18-issue1-fulltext-1486